EN UNA CUEVA DE LOBOS SE HA CONVERTIDO PASO POR EL HOSPITAL DE CARACHE

Por. José Gregorio Torres

Como dice el dicho, “lo que al tiempo se deja, al tiempo se queda”, esto es lo que al parecer ha sucedido con el caso de la entrada que da paso por el Hospital “Dr. Rafael María Quevedo Viloria” de Carache, que como por todos es sabido tiene su origen en el proyecto de ampliación, reubicación de la emergencia del Hospital, el cual fue desgraciadamente saboteado y convertido en un cuento de nunca acabar, pues este proyecto que inicialmente, permitiría solucionar un problema de capacidad y de mejoras en el acceso a este principal centro asistencial, hoy se ha convertido por todos sus costados en una verdadera molestia y perturbación para los Caracheros, pero sobre todo, para el personal nocturno que labora en esa institución.

Así se ve la parte de atrás del hospital de Carache.


Si bien a los caracheros nos gusta la facilidad y como dicen muchos, no hay quien nos gane, esta situación que ha sido asumida de manera folclórica y hasta cierto punto con una gran irresponsabilidad, no tardará en algún momento en dar sus resultados, no muy agradables por cierto, pues solo hay que imaginarse que pasaría si en algún momento algún enfermo mental o delincuente, se le ocurre esconderse detrás de ese pasadizo oscuro y lleno de recovecos que hoy es el paso entre los apartamentos de la Avenida, Carabobo, y la Av. Libertad, atravesando la institución como si esto fuera un camino real, y que esto conllevara a algo trágico, lamentable, solo así las autoridades del hospital tomarían las medidas para evitar una tragedia en su propia casa.


Para mayor evidencia solo basta pasearse por estos días festivos recientemente pasados en los que se pudo apreciar como a toda hora día y noche, esto se ha convertido en paso de peatones y en poco tiempo de vehículos (motos), en diferentes condiciones y estados etílicos, sin reparar en que este es un centro asistencial donde se deben guardar algunas normas elementales, ya que no es posible que ante la mirada indiferente de todos, esto suceda en pleno centro asistencial, a toda hora y en presencia de sus propias autoridades, si bien esto significa la facilidad de accesos para algunos trabajadores de la institución, es de considerar que en horas nocturnas este paso es una molestia y un riesgo permanente para ellos mismos, pues a esta anormalidad institucional, se suma la carencia de luz en esa área lo que permite sin duda cualquier clase de actividad fuera de la ley. Sería importante que ante esta situación los directivos de este centro de salud tomen cartas en el asunto.

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