Por. José Gregorio Torres
Si bien la constitución permite la libertad de hacer y deshacer como un derecho democrático, también existen las leyes que regulan el uso y disfrute no solo de los bienes particulares y públicos sea cual sea el caso, entre las que se cuentan las que existen en el Municipio y sus Parroquias, que en el caso de Carache, una de ellas es su hermosa Plaza Bolívar, principal lugar de encuentros y desencuentros, es allí donde toda la comunidad converge para de forma amena encontrarse con vecinos y amigos en horas de esparcimiento y descanso. Esto, contado de esta manera, seria lo ideal en estas navidades, pues aunado al esfuerzo que se ha hecho para lograr su agradable condicionamiento para el disfrute de todos, al parecer, no está del todo como debería ser.
Si bien una parte de la alegría de la navidad son los fuegos artificiales, estos se han convertido para los niños y jóvenes una especie de arma letal para molestar y afectar a personas que en su deseo de disfrute y descanso se acercan a la plaza para apreciar el esfuerzo realizado por un número considerable de personas, quienes de manera positiva han pensado en el residente y el turista garantizando una imagen adaptada a la temporada con preponderante belleza y calidad de trabajo en las decoraciones y luminarias realizadas tanto en la Plaza Bolívar, como en el templo dedicado a San Juan Bautista Patrono, de Carache.
Lamentablemente, y para poner la nota discordante a todo esto, Elcarachero.com ha recibido varias quejas, reclamos que quieren hacer del conocimiento público y como un derecho que no puede ser odiado, es que con el excesivo uso de fuegos artificiales explosivos por parte de un gran número de niños y jóvenes quienes se han dado a la tarea de lanzar sus petados a la cara y al cuerpo de sus compañeros de juego, se ha convertido en un riesgo permanente para ellos mismos pues de manera indiscriminada vienen usándolos con riesgo de quemaduras y hasta afectaciones en ojos y manos, otros se han dado a la tarea de lanzarlos en casas con el riesgo que una persona sea afectada por el ruido y explosiones que estos generan al reventar, pero lo más preocupante es lo que sucede en la Plaza Bolívar donde las familias se ven afectadas por estos jugadores que no discriminan al momento de lanzar sus petardos afectando a niños y personas mayores sin que haya autoridad que los conmine a salir de la plaza para que hagan sus juegos en lugares donde no afecten a las personas.