Vientos de cambio soplan en Carache
Por: Rafael Isidro Sáez
Más que vientos, fue un huracán lo que trajo el resultado electoral del 21 de noviembre pasado, contra todo pronóstico ganó el ciudadano Yohanthy Domínguez con 5768 votos (46,64%) a la ex alcaldesa Milagros Moreno con 4298 votos (34,64%); luego la aspirante a la alcaldía del municipio Carache, Mireya Graterol con 1176 votos (9,34%) y por último, José Bravo con 103 votos (0,83%), de 23.019 electores votaron 12.447 representado en un 54,07%, con una abstención de 10.572 votantes equivalente a un 45.93%
La diferencia entre el abanderado Yohanthy Domínguez y la ciudadana Milagros Moreno, fue de 1470 votos representando un 12% de diferencia. Pero, ¿Por qué ganó Yohanthy Domínguez? En primer lugar por la mala gestión de la ex – alcaldesa Milagros Moreno, por no gestionar ni una sola de envergadura, competencias descuidadas; una desgracia de gobierno. El pueblo se sentía maltratado y despreciado por la ciudadana anteriormente mencionada.
Partía con poco más de 7.000 votos fieles al PSUV, contra los 4.500 de la oposición, que se repartían a partes iguales entre el aspirante Luis Mejías (Candidato de la MUD) y Mireya Graterol (Candidata de la Alianza Democrática).
En ese escenario, surgió la candidatura del actual alcalde Yohanthy Domínguez, que venía de los movimientos sociales y del sector campesino, lo cual logró aglutinar con su discurso, gestos y acciones en primer lugar a la disidencia chavista y a los del PSUV descontentos con su alcaldesa, el propio voto castigo; consiguiendo quitarle al chavismo poco más de 3.000 votos.
No obstante, lo que marcó el triunfo del, corregidor Yohanthy Domínguez, fue la espectacular caravana que realizó en Carache, a pocos días de las elecciones; siendo tal el impacto que espichó el mismo día las candidaturas de Luis Mejías y Mireya Graterol y, luego, fue cuestión de tiempo para que pasara a ser la opción de triunfo y ocurrió el fenómeno llamado en política “la economía del voto”, según la cual un elector vota por el candidato que tiene más chance de ganar, aunque le guste otro; eso le permitió a Domínguez, quitarle un poco más de 2.000 votos. A los candidatos Luis Mejías y Mireya Graterol.
Ese triunfo reflejó la necesidad de cambio que tenía el pueblo de Carache y despertó ese mismo día un espíritu de alegría, de solidaridad y de colaboración entre todos. Como sociedad Carachense, si queremos que nuestro municipio salga adelante, tenemos que reconstruirnos, ser autocríticos y reinventar la ilusión de pueblo, para que busque como un todo las mejoras en su calidad de vida, salud, alimentación, educación, vialidad, servicios públicos, áreas de esparcimiento y trabajo.
Hay aliento, hay convicción, hay fuerza. Carache está vivo, no debemos perder esta oportunidad, ni el empuje que dan los vientos de cambio. El acalde Yohanthy Domínguez, debería evitar la postura del “Como vaya viniendo, vamos viendo” que caracteriza la política de bandazos e improvisaciones y centrarse en diseñar, planificar, gestionar y ejecutar verdaderas obras y políticas públicas que redunden en beneficio de los habitantes del municipio Carache.
Los Caracheros todos, debemos revisarnos en función de lo acontecido en los años pasados en nuestro municipio y preguntarnos cada uno ¿Qué pude haber hecho yo por mi municipio? Que no quede este ejercicio de reflexión petrificado en el pasado, sino que sirva para extraer de allí nuestros valores fundamentales y ahora sí, ver qué puedo hacer yo, qué puedes hacer tú y qué podemos hacer nosotros por nuestro querido municipio.
El potencial de nuestro municipio es innegable, solo toca motivarlo y liberarlo. Ojalá por el bien de todos; los que votaron y los que no, el nuevo alcalde Yohanthy Domínguez, lo logre. El asunto, el problema y la paradoja es cuando se pasa al otro lado del escritorio de un municipio que está técnicamente quebrado y se tiene que gobernar; una cosa es arrear y pedir, otra muy diferente que te arreen y tener que dar.
El año pasado, por estas fechas me dijo un amigo, al cual le pregunté cómo sentía él que estábamos en el pueblo y sin pensarlo me respondió: “estamos mal y tristes”. Hace pocos días le hice la misma pregunta, y me respondió: “Con los vientos de cambio que soplan seguimos mal pero estamos alegres, al menos tenemos esperanza”.
Finalmente, recordemos esta frase para reflexionar: “El hombre es un animal político, pero cuando un político es populista, se vuelve más animal que político”. ¡Esos son los hechos y es lo que hay.!
Mis plácemes y mis mejores deseos, suerte
Gracias amen
Excelente reflexión.
Gracias por su atención