Por. Sala Situacional
Los hechos acaecidos recientemente en el Liceo “Juan Antonio Román Valecillos”, lejos de ser un problema aislado y el que se pudiera ver como un caso común en el cual se ven involucrados, presuntamente, tanto Jóvenes estudiantes como el mismo personal de la institución, no debe ser asumido sólo como una situación que requiere tomar medidas meramente represivas y legales, ante una actitud que por todos es claramente evaluada como una reacción contra la propia Institución y contra algunas autoridades educativa, si esto no es asumido con el análisis real, tomando en consideración todos los elementos que pudieran estar alimentando este tipo de actitudes dentro y fuera de la Institución, será muy difícil que se pueda corregir este mal que hoy afecta a toda la familia escolar. Siendo que en algunos casos, el problema reincide de manera casi consecutiva.
Si bien, la situación amerita la acción de los cuerpos de seguridad, como un derecho y un deber ante la necesidad de darle protección a los bienes del estado, así como garantizar la seguridad, educación del resto de los estudiantes, garantía y resguardo del personal de la institución, no es menos cierto que el análisis debe ir más allá de lo represivo o de las acciones judiciales que son necesarias, para ejemplarizar y dar respuesta contundente ante un delito, es allí donde se pone de manifiesto el interés superior de los niños y adolescentes, quienes en medio de esta crisis social de toda índole, se ven afectados de diferentes maneras, desde los mismos núcleos familiares donde se presentan situaciones, de orden social que redunda en la conducta de estos en la Institución donde reciben su formación.
Ante esta situación anormal se requiere que las instituciones apliquen sin demora las acciones preventivas y de importancia, si se quiere erradicar y cortar de una vez por todas con estas conductas que pudieran, en lo sucesivo convertirse en situaciones individuales que significarían una preocupación para el propio Estado, es por ello que, se hace necesario considerar que tanto la fiscalía como los cuerpos de seguridad, recomienden y participen de manera permanente con orientadores, Psicólogos, profesionales que formen tanto, a jóvenes estudiantes como al personal, padres y representantes, en charlas informativas que serían de gran ayuda para evitar en lo sucesivo la actuación de estos jóvenes en actos como los que, se ha protagonizado recientemente en nuestra máxima casa de estudios de Carache.