Por Mirian Gil CNP 20.235
Por la acción de algunos ciudadanos que se han dedicado a recorrer, durante el día y la noche, las calles y avenidas de nuestro hermoso pueblo, en sus vehículos escuchando música con volumen excesivo y molesto, afectando el bienestar, tranquilidad y generando daños de gran impacto negativo en el equilibrio natural de la vida, ya que representa una ruptura en el equilibrio ecológico, causando graves daños y perjuicios en el medio ambiente, así como en la salud de las personas y demás seres vivos, así se expresan habitantes de Carache, con respecto a la contaminación acústica que Carache no escapa de esta realidad.
Continúan expresándose los afectados, estos ciudadanos, si así se pueden llamar, son responsables del daño auditivo que se está haciendo a nuestra comunidad, pues la Organización Mundial de la Salud OMS define como ruido cualquier sonido superior a 65 decibelios (dB). En concreto, dicho ruido se vuelve dañino si supera los 75 dB y doloroso a partir de los 120 dB. En consecuencia, este estamento recomienda no superar los 65 dB durante el día e indica que para que el sueño sea reparador el ruido ambiente nocturno no debe exceder los 30 dB.
En tal sentido hacen un llamado a las autoridades municipales y a los representantes de los ministerios del Poder Popular para la Salud y Ambiente (Ecosocialismo) en el municipio, para que tomen cartas en el asunto y se apliquen las sanciones a que hubiere lugar ya que existe una normativa legal que ustedes como autoridad deben aplicar; además del más allá del daño auditivo, según estas personas afectadas, la exposición a grandes fuentes de contaminación sonora producen efectos fisiológicos determinados, como la dilatación de pupilas, aceleración del pulso, incremento de la presión arterial y dolores de cabeza, incremento de la tensión muscular y otros síntomas de estrés, así como efectos psicológicos e infartos.
Exhortan a las autoridades de Carache señalando que “si queremos fomentar el turismo y atraer inversiones para nuestro pueblo, debemos comenzar por brindarles tranquilidad, seguridad y confort”.
Hay que elaborar una ordenanza que regule los ruidos molestos e imponga multa a los infractores.