Por. José Gregorio Torres
Pocos políticos pueden mostrar credenciales tan firmes y carentes de politiquería o de populismo vano, que pudieran servir de ejemplo de conducta hacia la comunidad como es el caso del recordado servidor público político fundador de COPEI, en el Municipio Carache, dirigente juvenil, ferviente admirador de Rafael Caldera, junto a este, a toda una gama de políticos Social cristianos, verdaderos dirigentes sociales y políticos de una época insurgente amantes, defensores de los principios democráticos sociales y cristianos. Dirigente político, Concejal, Chofer, fundador del Hospital “Rafael Quevedo Viloria” de Carache.
Ese perfil corresponde a un recordado personaje Carachense, uno de los pocos políticos que se podría decir recorrió palmo a palmo, la geografía del Distrito Carache, el cual era conformado por los municipios, Candelaria, José Felipe Márquez Cañizales y Carache. En esta difícil pero emocionante época en la que se iniciaron, consolidaron los valores, ideales de los principales partidos de la democracia, allí estuvo Nicomedes Benítez, mientras fundaba una familia, no dejaba de cumplir con sus obligaciones como dirigente de un partido que más tarde llegó a representar en el Consejo Municipal, desde donde supo defender el color de su partido y la bandera de sus claras convicciones sociales, cristianas. Por tanto, de una conducta solidaria que no había día, hora ni condición difícil en la que no cumpliera con sus amigos, que con sus seguidores.
De esto le quedaría la reputación de ser uno de los más férreos defensores de la democracia, pero también y muy importante, la imagen del hombre formado en su hogar para el respeto a la integridad de cada ciudadano, amigo, vecino y así fortaleció la imagen de un partido, pero también la de una familia que dejó para Carache en la generación siguiente de hijos y nietos, herederos de esas luchas. Nicomedes deja para sus coterráneos, para el futuro una estela de historia con su ejemplo de vida, de respeto por la institucionalidad, pero sobre todo por la transparencia en el manejo de los bienes públicos, una herencia de sus padres que le inculcaron desde su infancia. Para cerrar estos breves tapices sobre la vida de un hombre luchador se deja como anécdota, ejemplo de lo que fue su vida.
Cuando en una oportunidad fallece uno de los miembros de su partido el cual vivía en un campo muy alejado de la población y por haber fallecido tarde de la noche, el servicio funerario debió tardar en llegar al sitio, por lo difícil del lugar situación que obliga al funcionario a expresar como un chiste.” Aquí si le ganamos a Nicomedes”, no había terminado de pronunciar esta expresión, cuando fueron sorprendidos por el personaje quien sale de la casa para recibirlos. Sea esto cierto o no, es una referencia de que no había para este servidor público, nada que fuera obstáculo para el cumplimiento de sus deberes.