UN BUEN POLÍTICO, ES UN BUEN SERVIDOR PÚBLICO

Por. José Gregorio Torres

Las relaciones humanas y las relaciones publicas son un fundamento elemental en la conducta del ser humano, bien para aplicarlas en la cotidianidad de las actividades más elementales de su vida diaria o para implementarlas en las funciones que de manera profesional o publicas tenga la oportunidad de ejercer como parte de su desarrollo social, algunos de estos conocimientos vienen incluidos en la genética pues se heredan por vía sanguínea, pero también se pueden adquirir a través del conocimiento y mediante rose social,  los resultados de una buena aplicación de estas relaciones públicas, humanas, por lo general desembocan en resultados positivos. Pero son varios elementos los que participan en esta relación, se puede ser muy buen relacionista, pero hay que considerar para que se aplican y a quienes benefician, ya que entran en juego otros intereses.

La lealtad, amistad, transparencia, son entre otros conceptos que, de no considerarse, las buenas relaciones publicas y humanas, se van por el caño, pues es muy común ver como se utilizan en apariencia la diplomacia, relaciones, para confundir valores; por tanto, dar como resultado actitudes poco transparentes y que pudieran ser catalogadas no acorde con el cargo, por lo tanto, pueden ser cuestionadas por la sociedad.  A todas estas viene el presente análisis, en vista de la degradación que ha venido sufriendo el término de la palabra política, pues hoy ser un político más que ser un servidor público, significa para la colectividad algo así como lo indeseable por parte de quienes abanderan la honestidad, transparencia y el servicio a los demás, lo coloca en lo contrapuesto, que significa delincuencia corrupción, abuso de poder, otros apelativos que la sociedad repudia y cuestiona.

En consecuencia,  en la actualidad sería preferible llamarse luchador social, lo cual le obligaría a mantener una bandera radical, firme ante una conducta contraria a la moralidad, las buenas costumbres y al servicio de la comunidad,  que solo tendría como líneas de base los principios que imponen las relaciones humanas y públicas, aunque estarían dentro de lo que es un ser político por naturaleza, esto lo desvincularía de lo que hoy son las organizaciones políticas, sin bases morales, ni éticas que lo rijan, no se puede olvidar que las Instituciones son lo que sus miembros se preocupan por hacer de ellas. Por ello, se necesitan escuelas para servidores públicos, donde la bandera en principio sea la parte moral y luego el servicio a los demás.  

Fotografía: referencial.

Un comentario sobre «UN BUEN POLÍTICO, ES UN BUEN SERVIDOR PÚBLICO»

  1. Excelente artículo. Yo le agregaría a eso, que también hay que instruir en las escuelas a los niños e inculcarles que los servidores públicos son empleados de sus ciudadanos y hay que exigirles que cumplan con su trabajo. Hoy muchos se creen dueños y señores del poder además de patear a los que piden resultados.

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