UNA NUEVA FORMA DE HACER Y EJERCER LA POLÍTICA

Por. Dr. Elbano Padrón

Es necesario para salir de esta situación  en el que está sumergido el país, impulsar una nueva forma de hacer y ejercer la política, este hecho debe tener como punto de partida la reorganización de las  estructuras políticas y gerenciales a todo nivel. Pero para que esto sea posible debe existir un cambio de mentalidad radical en la dirigencia política y en la población (que no puede ser simplista, sino por el contrario tiene que ir al fondo y no solo a la forma), porque pareciera en algunos aspectos que se sigue anclados a tiempos pasados.

 Ha llegado el momento de la obligación, el deber de asumir la vanguardia de una verdadera transformación pacífica política, social, económica en el país y no caricaturas revolucionarias (sometidas a utopías trasnochadas de mero soporte teórico sin sustento, que las transforman en un hecho de surrealismo mágico) y en buena medida esto depende en primer lugar del rescate de los valores morales perdurables, paralelamente erradicando el clientelismo, los métodos caudillistas, sectarios, grupales del quehacer político, poniendo por encima de cualquier parcialidad, los sagrados intereses de la Patria y la población, como decía Don Rómulo Betancourt en 1958.

El dirigente es quien puede conducir a quienes le rodean hacia objetivos concretos, por lo tanto, es una persona que escucha, aprende, organiza, participa y permite que  todos los miembros de su ámbito territorial actúen democráticamente en el camino de construcción de una realidad mejor. El dirigente realmente eficaz y efectivo es el que permite que cada uno de los que  trabajan junto a él, caminen con sus propias piernas y a la vez estos ayuden a otros a que también lo hagan.

Merecemos un municipio, estado un país mejor, donde el esfuerzo productivo, la excelencia y la lucha diaria por mejorar la calidad de vida de toda la población sea nuestro norte, esto se logra con la elaboración de programas de desarrollo, de acción social y colectiva.

Sin embargo, es posible lograr lo planteado, elaborando proyectos fácticos,  acudiendo paralelamente a la instancias regionales y nacionales políticas existentes (gobernaciones y gobierno nacional) aunque se difiera de ellas desde el punto de vista ideológico político, pero asumiendo el proceso como una lucha comunitaria que refleje la necesidad imperiosa de superar las debilidades comunitarias y no como quien pide una dádiva, limosna o como quien implora un favor.

 Asimismo, acudir ante organismos de financiamiento, ayuda internacional, como la  Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Unión Europea (UE), Banco Interamericano de Desarrollo, Organización de las Naciones Unidas (OEA)  y Organización de los Estados Americanos  (ONU), por mencionar algunos; pero en ambos casos, es primordial que los dirigentes políticos asuman la conducción del mismo mediante su liderazgo y condición de referente de los proyectos nacidos a nivel comunitario, allí está la base del éxito.

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