Por. José Gregorio Torres
Zenón Villacinda nació y se crió en medio de un ambiente lleno de valores musicales, religiosos, y poéticos, descendiente como el que más de nuestras ancestrales raíces, pues el haber crecido entre músicos y el haberlo practicado durante toda su vida, le dio sin duda la reputación de ser uno de los más respetados músicos de Carache, versos poemas, décimas, aguinaldos, tonos y parrandas, improvisaciones, todo lo que conformó la expresión cultural autóctona musical de Carache, lo realizó con gran sentimiento. Desde las peonías pasando por Cuicas y Chejende, Boconó, la Concepción, Carache y otras comunidades del Estado Trujillo, hasta el Estado Lara, desde un Velorio bien relacionado, hasta un rosario cantado, o un Santo Domingo acompañado de una buena parranda. Pero si era necesaria una buena pieza musical, su mandolín era el instrumento por excelencia, el cual desembolsaba, para ser ejecutado por sus manos, y que junto a la mayoría de los músicos de Carache incluyendo al maestro Víctor Durán. Acompañó en varias oportunidades, con el mostrado respeto que siempre se expresaron ambos músicos.
De parranda en parranda o simplemente ensayando, pero sin dejar de producir pasaba sus días, pues acompañaba a todos los cantores del municipio, en cualquier lugar de la geografía Trujillana y fuera de ella. Cuando era convidado no se hacia el rogar, allí estaban todos los músicos, pero faltaba Zenón y hay que esperarlo, seguro llega, Pedro León Álvarez, excelente músico, Paz Trompetero, Lisandro Graterol, Antonio Bastidas entre muchos otros. A ellos está dedicado también este sentido breviario. Cuantos otros compartieron y admiraron su talento. Hay que recordar a Zenón en medio de los presentes arrancándose de pronto con una prosa en verso llamada relación, la que por ser un espacio en el velorio que se utiliza para mantener a los asistentes despiertos, su contenido es jocoso, y entre sus letras el declamador inventa exagerando las historias y mentiras que se le vienen a la memoria, para lo cual era diestro improvisador.
Había nacido José Zenón María Villacinda Vargas un 12 de abril de 1930, en El Onoto, un sector de Santo Domingo, del punto llamado hoyo hondo u Joyo Jondo en pronunciación coloquial. Desde allí vino a Carache a residenciarse en el sector Las Mesitas del Bucarito, donde vivió hasta el último día de su vida. Sus padres Antonio Villacinda y Bernabela Vargas de Villacinda, tuvo tres hermanos; Herminia, Wenceslao y Cornelio, como buen músico de la época y apegado a las palabras bíblicas” Id por el mundo y multiplicaos”, así lo hizo. De su primera compañera Margarita Vargas, engendró sus dos primeros hijos: Ángel y Freddy Vargas, con Juana López engendró a Jesús Manuel y Lesbia Bravo López, en su legítima esposa Elena Álvarez de Villacinda, engendró a Vilma, Héctor, Hugo, Danny, Elvia, Luzmila, Antonio, Iraida y Maida.
De todos ellos se destaca, nuestro amigo y excelente músico lamentable y recientemente fallecido, Jesús Manuel, conocido popularmente como Chuy, de quien hablaremos en otra oportunidad. La Municipalidad en una oportunidad le rindió un merecido homenaje y un gran reconocimiento a sus aportes al acervo cultural del municipio. Para finalizar estas pequeñas remembranzas dedicadas a este destacado personaje, debo Transcribir para todos, una muestra de sus composiciones y que aglomera en ella la visión y la imagen que este músico popular tenía de su región y entre las cuales se cuentan las tituladas, LA GALLINA, LA PARAPARA, y CANTO A MI TIERRA. Grabadas en acetato en 1995 por el Grupo musical folclórico CENDÉ, de la Concepción de Carache. Fallece en Carache el 1 de julio de 1997.
CANTO A CARACHE (Parranda).
Carache tiene sus cantores populares
y sus cantares siempre se oyen con estilo
y defienden con su canto
la tradición de Trujillo.
Le voy a cantar a Cuicas
y también al Paradero
Porque son de mi región
Municipio Carachero
Cuando llego a este lugar
Yo pongo mi corazón
Para cantarle a Bolivia
También a la Concepción.