Por. José Gregorio Torres
En tiempos políticos difíciles cuando la mujer se iniciaba en las luchas sociales y políticas, en Carache surgían también mujeres de gran valentía, de un valor y de una fuerza que la hacía parecer de otra época más avanzada y con una personalidad que animaba a las luchas y al liderazgo para emprender cosas nuevas y que hasta cierto punto, se confundían con otras características a las cuales nuestro personaje no se negaba a asumir, pues era mujer de palabras fuertes, una mujer que defendía a capa y espada sus derechos y sus reivindicaciones, por ello, se hizo parte de la membrecía que siempre la identificó, su partido político fue hasta el final Acción Democrática, y que tal vez por eso lució con orgullo el uniforme de lo que fue su profesión; enfermera.
Ejerció durante muchos años esta noble profesión en la comunidad de El Potrero, luego se entregaría con gran profesionalismo en el Hospital “Dr. Rafael Maria Quevedo Viloria”, allí como parte de la segunda generación de esas mujeres abnegadas y entregadas al servicio social de la Salud, fue conocida como Adelliza, en esta Institución, asumió no solo su profesión con entrega y responsabilidad, sino que, por su personalidad y características de ser una mujer luchadora, asumió sin restricciones y con mucha disposición, las luchas reivindicativas, era ella la líder femenina de sus tiempos en el área de la salud, esta valiosa mujer la que, asumía la voz de los que no tienen el valor de reclamar, los que, aún padeciendo el incumplimiento de los derechos por parte del Estado, carecen de la necesaria capacidad de lucha y era en ese terreno Ada Elliza Ramona Vergara, la que asumía esa defensa por sus agremiados.
Como dirigente política, fue también vanguardia de su tiempo, el orgullo de su generación de luchadores, destacando también por su trabajo como dirigente de su partido, al cual le sirvió de manera desinteresada pero con el ardor que infundían en sus tiempos los dirigentes, líderes políticos de la época, hoy tan ausentes en la lucha social y democrática, como profesional no hizo nunca uso de su fuero sindical, pues su trabajo era el mejor de los lugares para hacer la lucha gremial y política, fue en todo terreno un ejemplo de ciudadana, con defectos como el que más, pero sin un ápice de acción que no le haga merecedora de este reconocimiento, Ada Elliza se marcha hoy al eterno descanso con el agradecimiento de quienes le conocieron, recibieron de ella y de sus manos el servicio, la entrega durante este tiempo que, le tocó compartir en el Valle de Carache, tierra de hombres y mujeres de ejemplar conducta. Miquimu fue su cuna desde allí vino a Carache para dejar una estela de servicio, de entrega, y formar parte de esos personajes que dejan huella al andar. “Descansa en Paz Ada Elliza Vergara”.