Por. José Gregorio Torres
Artículo de opinión
En el año 2000, la Fundación CEDELEA, el Centro Educativo para el Desarrollo Local, con sede en Carache, era una organización que desde hace más de treinta años, acariciaba el sueño de emprender un proyecto integral comunitario en el cual, se pueden desarrollar las diferentes actividades productivas en el municipio Carache, este proyecto que entre sus principales gestores se cuenta, el progresista medico Chileno Miguel Ángel Solar, el Perito Miguel Yañez, y la Trabajadora Social Mireya Pimentel de Cañizales, entre otros, quienes durante su residencia estos e identificados con este municipio y el Estado Trujillo, quienes asumieron estas luchas como suyas, las que, no han dejado de promover, como un aporte, retribución al pueblo que les abrió sus puertas y les acogió como al más preclaro de sus hijos ilustres adoptivos.
Este proyecto fue presentado y llevado a las instancias de gobierno local, regional y nacional en el año 2000, sin embargo, al igual que la Escuela Granja ha sido visto con el desaire, una profunda ironía, el que se encuentra en el letargo, en que, por costumbre se sumen los grandes proyectos del interior, el cual pudiera ser puesto en ejecución para el bien de los caracheros, pero lamentablemente tenemos que decir que, vivimos en Venezuela, donde ya es costumbre esta práctica vergonzosa. Sin embargo, este proyecto aún existe y seguramente, se encuentra engavetado en alguna oficina, a la espera que, en algún momento algún buen samaritano funcionario Carachense de influencia, asuma como bandera esta lucha que, para Carache significa su desarrollo y sobrevivencia futura.
Carache sigue esperando, por sus representantes en las diferentes instancias de influencia del gobierno con capacidad de pensar en grande, que no se maneje tanto con politiquería y mediocridad, que en su lugar use el buen juicio y manifieste algo de amor por Carache, la verdad sea dicha en bien de que nuestros gobernantes de una vez por todas empiecen a gobernar para dar solución a los problemas de fondo y no de forma, que mientras se hacen pañitos de agua calientes, otros estén gestionando recursos, proyectos grandes y visionario que dejen de ser constructores de adobes, piensen en grandes edificios modernos, no conformistas de remiendos, sino promotores por ejemplo de proyectos fundamentales como es el caso que nos ocupa El Centro de Formación Agropecuaria y Artesanal de Miquimbay, CEDELEA.
