Por. Lcda. Elena Hernández
No todo es malo es el decir, de los que de alguna manera quieren defender la gestión del actual gobierno, si a los hechos se remite, no es mentira que durante los primeros diez años de revolución de alguna manera lograron un acercamiento hacia las comunidades que en el anterior sistema democrático representativo llamado de la Cuarta República, se había iniciado con la implementación y fortalecimiento de Cooperativas, Asociaciones Civiles, como instancias e instrumentos para que el estado y Gobierno, lograra facilitar algunos recursos que permitieran dar solución a las ya muy acentuadas precariedades de la sociedad civil. Con esto se quiso de alguna manera, controlar o minimizar la debacle económica, causada por los gobiernos corruptos de los últimos veinte años de democracia representativa, hecho que, si a ver se va, en nada ha cambiado mucho, pues sigue siendo el Estado cómplice y forajido por excelencia.
En el caso puntual de la Educación y en referencia a la insistencia del estado interventor y el gobierno controlador, los más afectados son los mismos Ministerios y Organismos que más que defender, fortalecer el recursos humano profesional y en todos sus extractos, se ha convertido en una especie de inquisidor donde la auto critica se castiga con persecución y otras prácticas, que en campaña electoral la actual dirigencia política del gobierno, cuestionaron hasta la saciedad, pero hoy, por hoy se mantienen como estrategia para controlar y mantener el poder, así es como se ve, así es como lo practican en el Gobierno del PSUV. Llamado en Carache el monstruo de las cinco Cabezas
En el caso puntual de la Educación Carache ha venido acumulando uno tras otro problemas de infraestructura, instituciones que ya están vencidas en sus construcciones, que requieren un cariñito para que por lo menos resistan unas cuantas décadas más, pues estas fueron hechas en tiempos donde las obras se iniciaban y se concluían, sin duda, realizadas con materiales de óptima calidad, esto en contraste a las que se han construido en los últimos años, donde el control de calidad no existe y además pocas de ellas concluidas como debería de ser.
Sin entrar en detalles, en Carache se nombran solo en educación, dos casos emblemáticos: la Escuela Bolivariana “Dr. Ernst”, que presenta filtraciones en sus techos de la planta superior, problemas de higiene en su comedor escolar, entre otros, el segundo es: el Liceo “Juan Antonio Román Valecillos”, igualmente es un caos donde el decir es que se moja más adentro que afuera, con un anexo a medias iniciado en revolución también inconcluso. Así es como se iniciará este nuevo año escolar, sin dinero para inversión, pero el gobierno se prepara para unas elecciones en las que teme salir con las tablas en la cabeza, por no decir con su propio mazo.